Ahora que nadie me escucha,
que nadie siente mis lágrimas,
ahora, que ni tú me buscas,
ni yo cambio de página.
Quiero preguntar si existes,
si exististe alguna vez o te inventé;
¿por qué no viniste a buscarme
erguido en tu hermoso corcel?
¿Por qué no viniste a buscarme
a aquella torre de marfil
- si incluso cuando te escribí
decidiste dejarme ir-?
Tú eras el único capaz de hacerme creer,
y te marchaste, tan lejos... y aún no entiendo por qué;
¿por qué te aferras al pasado sin ver el presente?,
¿por qué no ves que mil te quiero, no siempre es suficiente?
Creo que siempre significarás más que ninguno,
y aún así, tu dirás, ¿por qué huyo?
Nunca creíste que este, mi corazón, era tuyo.
Y ahora, ni yo lo sé; hay dos personas
tan opuestas, pero con el mismo nombre,
a uno le veo; mientras el otro siempre se esconde.