¿Leerás esta carta?
O mañana será polvo.
Polvo, como lo fueron nuestros sueños.
Polvo, como lo son todos los recuerdos.
¿Dónde estás?
Hace tiempo que no te veo,
ni siquiera en mis te quiero,
fueron bordados
y ahora son, polvo del viento.
¿Me recordarás?
Yo aún no te he olvidado.
Me fui. Pero una parte se ha quedado
enredada en tantos años.
Ójala fuera la niña, quien perdida
siempre buscaba tu mano.
Aquella que te enseñó a creer
en hadas, unicornios y magos,
en la ilusión de una sonrisa
en el empeño logrado.
¿Has visto a esa niña?
Yo la sigo buscando.
Desde que me marché,
no la he encontrado.
Se quedó contigo en aquel andén,
detrás de la pantalla,
y como siempre, esperando
que se iluminada el cielo
y su corazón, con tu abrazo.