sábado, 24 de marzo de 2012

Podría.

Podría seguir escribiendo palabras
enredadas en un caducado te quiero.
Podría, sí, pero ya no quiero.

Podría gritar a las estrellas
que te he olvidado;
podría, sí, pero sigues en mis recuerdos.

Podría mentir y decir que no extraño tu cariño,
tus besos sobre mis labios,
que no me acuerdo de que fuiste mi sol a diario;
podría, sí, pero estaría mintiendo.

Podría decirte que te quise para siempre.
Podría sí, pero es que ya no lo hago.

Es cierto que te quiero.
Tan cierto como que te olvidé.
Ya no quiero nuestro cuento:
eran excusas en un papel
para no salir de nuevo
y enfrentarme de nuevo a aquel
que una vez latió por tus besos,
aquellos que calmaban su sed.